jueves, 24 de junio de 2010

Querido (qué herido) Fútbol Venezolano

A propósito de la Copa del Mundo de Fútbol que se celebra en Sudáfrica, quiero compartir algunas reflexiones en torno al fútbol que se practica en Venezuela. En cualquier país con una mínima cultura futbolística, para un club, lo mejor que le puede pasar es quedar campeón. Y no es que en Venezuela para un club de fútbol no sea bueno también, lo malo es que ese será el comienzo de su calvario. ¿Cuántos gloriosos clubes han desaparecido poco después de haberse coronado? Empezando por el Marítimo, ese gran club que se codeó con los grandes de Sur América, que tenía una inmensa fanaticada, sucumbió para no volver más a dar satisfacciones a sus parciales. Minervén, el equipo de la estatal aurífera venezolana, ese que parecía condenado a llegar segundo hasta que al fin consiguió el gallardete, pero que (paradójicamente, pese a ser campeón) se quedó sin patrocinante, y eso en el fútbol venezolano equivale a la desaparición, sin contar con los escándalos de corrupción que se destaparon en su directiva. Atlético Zulia, que dio una impresionante muestra de rendimiento, ya que en su corta vida consiguió un campeonato y un segundo lugar. No menos glorioso fue el equipo Universidad de Los Andes, ULA Mérida, uno de los tradicionales que tampoco soportó los rigores de los problemas económicos. Y entre los campeones desaparecidos destaca también el Nacional del Táchira, que se enfrentó al gigante Italchacao, que venía con costosos fichajes, sin grandes figuras pero con mucho corazón, que le valió salir campeón en la temporada 2001/2002.
Digno de mención también es un club que no llegó a ser campeón pero que tuvo destacadas actuaciones y también (para variar) desapareció: Pepeganga Margarita, equipo que obtuvo el subcampeonato dos temporadas luego de ascender a primera división.
En conclusión, el fútbol venezolano es propenso a producir clubes de la nada, sin ninguna tradición; mudanzas inverosímiles de ciudad que no toman en consideración a la fanaticada; patrocinantes no comprometidos, entre otras calamidades.
Un ejemplo parecido (obviamente no exactamente igual, y guardando las distancias) lo he visto en el fútbol español, particularmente con los clubes chicos que llegan a competiciones europeas. Ha sido el caso del Celta de Vigo y la Real Sociedad de San Sebastián, ambos en la misma temporada, la 2002/03, el primero, cuarto clasificado para descender a la siguiente temporada, y los realistas flamantes subcampeones entraron en una fase de crisis que terminó con el descenso en la 2006/07.
Aprovecho para felicitar al gran campeón Caracas F.C. quien ya lleva 11 campeonatos y con perspectivas de muchos más, dando ejemplo de que con buena gerencia el fútbol en Venezuela puede ser rentable ¡Seguid el ejemplo que Caracas dio!

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